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...Mi esfuerzo por acomodar el vestido parece ser una causa perdida, tengo la mente en otra cosa y no puedo ponerle atención, con el cabello asumo la derrota, y simplemente lo sujeto con una de las hebillas que llevo en mi bolso, un poco de rubor, un poco de labial, una peinadita de las pestañas, y eso será todo por ahora, abro la amplia puerta de la limousine, y allí estoy, sobre un cesped suave y prolijamente recortado.
...La mañana esta fresquita, me pongo mi abrigo para estar mas cómoda en mi breve travesía hasta la casa.... pero... donde está la casa?.
...El paisaje luce como el de un amarradero, colmado de bellas embarcaciones a ambos lados del canal, algunas glorietas repletas de hermosos rosales engalanan la visión, pero... no hay casa por aquí, ahí lo veo a Karl, inconfundible, sobre el costado de la marina, a su lado, un enorme yate de casco azulado y cubiertas blancas, el más grande del lugar, sobre la popa tres banderas: una argentina, otra francesa, y una tercera borravino...., y más abajo, sobre una base de madera lustrada, en letras plateadas, su nombre "Le Residence".
...Es verdad, Richard nunca dijo que nos dirigíamos a su casa, parece que este hombre tiene la habilidad de sorprenderme.... en todo..., fue breve, pero intenso, tanto que todavía no logro volver completamente a la realidad, me sentí suya como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo, y algo que no suele ser habitual en mi, me dejaba llevar a su ritmo, a sus deseos, el aroma de su piel, fundido a su perfume, su voz suave y profunda susurrando mi nombre, sus manos firmes, audaces, protectoras, su mirada expresiva... me había entregado a él, y ahora?...
...Una mano se acerca gentil para ayudarme a subir por la rampa, del otro lado el rostro de Karl, esta vez parecía mas relajado y amigable.
- Señorita Deveraux, acompáñeme, con cuidado, sus tacos pueden atorarse entre las tablas, le mostraré su camarote, Monsieur Pascal la esperará luego en el Jardin de la cubierta superior - las palabras de Karl llevan un notable acento germano, pero se dejan entender... aún a pesar de mi asombro y mi excitación.
...El lugar parece un palacio, los paneles son de madera, con pinturas de diversos estilos, sin ser una gran erudita de la plàstica, logro identificar a varios de ellos, Kandinsky, Matisse, Paul Klee, mi camarote luce como el de una princesa, un ventanal deja ver las primeras luces de la mañana, y la rivera del canal, sobre una mesita hay un arreglo de rosas rojas, y al costado una caja forrada en satin azul, con una nota sobre ella, se lee "pour regarder dans le soir, et pour briller dans la nuit...", que será!!! me mata la intriga... para mirar en la tarde, y brillar por la noche...
...Sobre la cama, una remera de algodón y un short blancos, y una bolsita de tul con un conjunto de lencería también color blanco, estos seguramente serán para ahora, me doy una ducha ràpida, me visto con el atuendo de la cama, y parto al encuentro de Richard, no tengo la menor idea como llegar, pero seguramente hallaré un alma caritativa que me pueda ayudar!!.
...Mientras termino de arreglarme, siento el movimiento del barco, estabamos saliendo por el canal hacia el río abierto, todo indica que la idea era dar un paseo más amplio, la intriga se hace mayor a cada momento, pero me encanta!!.
...Apenas salgo del pasillo, e ingreso en el estar de la cubierta principal, me encuentro con una mujer alta, de rasgos finos, su cabello rubio ondulado, caía sobre su frente, a pesar de llevarlo recogido, dejando resaltar sus ojos grises casi blanquecinos, parecían de cristal.
- Señorita Deveraux, un gusto conocerla, soy Madame Camille, asistente de Monsieur Pascal, la voy a guiar hasta la cubierta superior - me dice amablemente, pero manteniendo la distancia, suele ser así en muchos casos, cuando la presentación es solo formal, y es en el próximo encuentro cuando realmente conoces a la persona en su faceta real.
- El gusto es mio Madame Camille - le respondo mateniendo la línea formal de ella, pero no puedo evitar sentir cierta incomodidad.
...Subimos las escaleras de caracol, que nos depositan en un hall mas pequeño, pero lleno de ventanales, con sillones de pana y cortinados al tono, en el fondo, una amplia cúpula vidriada, con una vista abierta del amanecer en el río, llena de plantas y flores de variados colores, en un costado, sentado cómodamente en un sillón, estaba Richard, contemplando el paisaje matinal.
- adelante Angela, esperaba ansiosamente por vos - me dice el Conde, adivinando mi llegada, sin voltearse a mirar.
- perdón por la demora Richard, pero no puede evitar la tentación de darme una ducha reparadora... fue un tanto movido el viaje hasta aquí, sobre todo al final... - le contesto, con mi sonrisa desplegada a pleno, realmente era sincera, me sentía feliz.
- mejor así!! nada como una flor recién rociada, con sus pétalos relucientes... - me dice Richard, mientras recorre mi cuerpo de pies a cabeza, como reforzando su apreciación.
- parece que además de ser un gran conocedor de las flores, y también del arte, eres un gran conocedor del cuerpo femenino y sus medidas - le contesto, señalando el atuendo que llevaba puesto.
- algo así querida Angela, pero todas esas habilidades son motivadas por una profunda y sincera admiración - como siempre, Richard tiene la palabra justa, en el momento justo, mientras terminaba de decirlo, dos de los marineros traen el desayuno, masas, muffins, frutas prolijamente cortadas, bombones, jugos de frutas, selección de tes, una verdadera delicia.
- caballeros, vamos a necesitar unos momentos de privacidad aquí, yo me encargaré de los menesteres a partir de ahora, merci - les imparte el Conde a los marineros, quienes responden con una suave reverencia, un "oui, monsieur", y se retiran cerrando las puertas del Jardin.
- tienes frío aquí Angela? - suena la voz de Richard en el silencio de la sala, pero esta vez no era el mismo tono dulce de siempre, algo lo asemejaba más al trato hacia los marineros de recién.
- no Richard, esta muy agradable aquí, yo.. - no me deja terminar la frase.
- Monsieur Pascal es el nombre - me dice firme, sin elevar la voz, imperante, su mirada se fija en mi, esta vez dura, inquisidora, me corre un escalofrío por la sangre.
- perdón... Monsieur Pascal, yo pensé... - le digo, absolutamente desconcertada, bajo la vista por un instante, pero siento sus ojos penetrando mi mente.
- no vas a pensar ahora Angela, solo vas a entregarte a mi, y dejarte llevar, todos tus movimientos responderán a mis deseos, hasta que yo lo diga, entendés? - parecía otra persona, pero no, sentía la misma presencia que antes en el auto, la misma cuando salíamos de la fundación.... la misma que sentía cuando observaba las carpetas en el Grand Hall.
- si Rich.., Monsieur Pascal - respondo automáticamente, como acatando, pero él no espera mi acomodamiento a la nueva situación, interrumpe una vez más...
- solo tus bragas - me indica, sin contemplación
- pero Monsieur... -
- desnuda, ante mi, solo conservarás tus bragas... por ahora - completa la idea, que ya había figurado en mi mente.
...Quedo inmóvil por un segundo, y saco mi remera, sigo por mi short que se desliza por mis piernas, hasta caer a la moquette del piso, lo miro a los ojos, y siento clavada su mirada otra vez, me comunica su poder, su dominio, sin siquiera darme cuenta, mi soutien queda al costado del short y la remera.
- acercate Angela, a mi lado - ordena Msr. Pascal - de rodillas aquí, levanta la mirada, bien alta -
...Quedo arrodillada frente a él, apenas sentada sobre mis talones, la espalda erguida, y la frente en alto, mirando sus labios moverse al compás de sus deseos, Msr. Pascal saca de su bolsillo una estola de jacard blanco, de seda labrada y bordada a mano, tenía cosidas alrededor cuatro argollas plateadas, con un brillante cada una, y en el extremo derecho una flor, una especie de arreglo de organza formando un tulipán, que cubría un broche para cerrar la estola a modo de collar.
- cerra los ojos - me dice, mientras siento la suavidad de la tela en mi piel, cierra el broche, y acaricia mis mejilas, bajando por el cuello, luego mis hombros, y se detiene en mis pechos
- levántate Angela, y ve hacia el cristal del ventanal - Mr. Pascal dirige mis movimientos, como un diretor de cine.
- voltea y mírame desde allí - ordena una vez más - que es lo que ves? -
- lo veo a ud sentado Mr. Pascal - le digo, sin comprender mucho su pregunta.
- no Angela, lo que ves es a tu Señor, cada vez que tengas ese collar blanco en el cuello, sabrás que sos mía, solo vivirás por mis deseos, entiendes? - Mr. Pascal expone contundente.
- si Mr.Pascal - atino solo a decir eso.
- ves esto? - indicando un paño color púrpura, que sacó de otro de sus bolsillos - será el símbolo de tu compromiso, si en algún momento decides no continuar con el, en la situación que fuere, en el lugar que fuere, lo único que deberás hacer es pronunciar fuerte tu nombre, y volverás a ser tu misma, está claro? - pregunta Richard, esta vez dulcemente, pero siempre con firmeza.
- si entiendo Mr. Pascal - entendí lo de mi nombre, pero no del todo lo del paño púrpura.
- Mira al río Angela - volteo, y miro por el ventanal la estela que va dejando el "Residence" al surcar el agua, veo el cielo brillar con el sol del amanecer, veo las banderas ondear con el viento, siento a Richard acercarce a mi, a mis espaldas - cierra los ojos -
...Siento el paño cerrarse sobre mis ojos, suavemente, tiernamente, oscuramente, solo veo ahora las imágenes de mis recuerdos, las de mi intuición.... las de mis fantasías, siento el calor de los rayos del sol atravesar el cristal y tocar mi piel desnuda..., siento otro calor..., el de sus manos que recorren mi cuerpo, una y otra vez, siento mis bragas rozar mis caderas, y luego mis piernas en su caida..., y lo siento a él, invadiendo mi cuerpo..., sus manos me toman por la cintura, y soy suya otra vez, pero esta ocación no es igual, es mucho más salvaje y carnal..., su cuerpo golpea contra el mio en movimientos instintivos, casi rítmicos, miles de sensaciones cruzan mi mente ahora, no escucho su voz, solo su respiración, y su gemir impetuoso, se entremezcla un escalofrío que recorre mi ser, con un acaloramiento incesante, siento mis pechos hincharse, contenidos en sus manos que los buscan incansables, toda mi piel esta incandescente, y no resiste más..., mis gemidos explotan una vez, y siento aflojarse a mis piernas..., y otra vez casi instantáneamente, apenas puedo sostenerme de pie..., y otra vez, en esta todo mi cuerpo empieza a temblar..., y me da vuelta, de frente a él, y escucho su voz nuevamente
- de rodillas ahora - me ordena, lo hago si dudar un instante.
- abre tu boca, ya - y así lo obedezco, casi al unísono, siento derramar su nectar en mi, su cuerpo vibró dos, tres veces, y cesó.
- ya eres mi esclava del collar blanco, y así será cada vez que lo lleves puesto, de ahora en más, hasta que decidas pronunciar tu nombre - sentencia Mr. Pascal, quedo arrodillada, frente a él, con el paño púrpura puesto, mi collar blanco ajustado, y los restos de su pasión esparcidos en todo mi cuerpo.
- Madame Camille, la necesito en el Jardin, venga con una bata por favor - ordena a su asistente por el intercomunicador - y vos, esperá que vengan a buscarte aquí, te das otra ducha reparadora, te quitas por hoy tu collar blanco, y te espero por la tarde en la cubierta exterior, aqui afuera -
...No podia contestarle así, aunque asumo que ya lo sabía, lo escucho abrir las puertas del Jardin, y alejarse por el hall, a la vez que oigo los pasos de Madame Camille, acercarse a mi.
- puede quitarse el paño de sus ojos ya, srta. Deveraux, de pie por favor - me dice gentilmente Mme. Camille, mientras me asea un poco con una toalla húmeda, y me acerca la bata, luego me tiende la mano, y me acompaña escaleras abajo, hasta mi cuarto - descanse un poco, Mr. Pascal la espera por la tarde -
...Cierra la puerta de mi camarote, y me deja en soledad, cuantas cosas acabo de vivir, todavia no salgo de mi asombro!! sin pensarlo más me doy una ducha larga, cálida, reparadora, y luego me desplomo en la cama, siento que mi cuerpo levanta vuelo de lo liviano que se siente.
...Despierto de la siesta, todavía algo shockeada, pero con una sensación muy grata de placer..., fue emocionante sentirme una perra, excitante sin dudas, en la mesa de luz veía la estola blanca, y se me estremecía la piel, por el ventanal se observaban los rojos rayos del sol quebrar el atardecer sobre el agua, y al fondo, las luces de la ciudad... pero que ciudad sería esa?
...Era la tarde... por lo tanto, momento de conocer que había en la caja azul!! abro despacio la cinta que la cerraba, y descubro la tapa, cuatro bolsas del mismo satin de la caja, y un sobre con un sello lacrado, con el símbolo de un ojo.
...El sobre era de color borravino, tenía una inscripción en letras plateadas "Madame A., pour toi.... PCSLE", lo abro y veo que son instrucciones, "sobre el uno, sigue el dos, cubierto por el tres, cerrado por el cuatro, y decorado por el cinco.", extraño juego de pistas pensé, hasta que veo los números en las bolsas, era el orden en que las debía abrir!.
...Y así fue, la bolsa número uno contenía un par de stilettos de charol negros, con un taco de unos 8 cms, y una pulsera de brillantes color rubí oscuro. La bolsa dos, tenía medias de microfibra semiopacas esfumadas de tostado a negro, hasta el comienzo de las piernas con ligas de puntilla de lycra, un juego de portaligas de encaje negras, y broches con terminación en raso borravino con brillante de cristal, un conjunto de lencería del tono de las medias, con guardas en satin negro, con la inicial "A" en las bragas y en el soutien, y unos guantes de microfibra labrada y encaje color negro, con la misma inicial. La bolsa tres contenía un vestido, corte entallado, con dos amplios tajos, desde el ruedo hasta arriba de las rodillas, top acorcetado en brocatto de seda color borravino, y gasa cristal color negro.
...Que contendría la bolsa cuatro entonces?, y a que se refería con el cinco?, había solo cuatro bolsas...
Veamos, la bolsa cuatro contenía.... una estola de satin carmín con reflejos granates bordada, con una inicial en strass de cristal a uno de los lados, "A", ya estaba toda vestida, me habia pintado al tono, pero que de la bolsa cinco? decorado por el cinco? ..... y recordé!!! en la limo, el bolso de terciopelo!! lo busco en el gabinete y voila!! tenia un numero cinco al costado del símbolo de la fundación......... el símbolo de mi Señor....
...Apenas traspaso la puerta hacia la cubierta exterior, siento la brisa fresca sobre mi rostro, las telas de mi vestido bailaban su compás, mientras me tomaba unos segundos para contemplar el panorama... todavía los reflejos rojizos del atardecer delineaban el horizonte, al otro lado, las luces de una ciudad costera adornaban la oscuridad que iba ganando el paisaje.
...Vuelvo a la realidad y lo veo a Richard, recostado en la baranda de madera, observandome, otra vez su sonrisa se refleja en su rostro, ese gesto fue el primero que vi de él, y quedo grabado en mi para siempre... con pasos cortos, y suaves, me acerco hacia él, sin quitarle mi vista ni un instante, hasta que llego a su lado, me recuesto también en la baranda, ahora mirando la costa, y susurro
- Bonsoir, Monsieur Pascal... -
- Bonsoir Angela, la hermosura de esta noche, y del paisaje que nos rodea, solo se ven opacados por lo imponente de tu belleza.. - responde Richard, con su característico charme.
Lo miro a los ojos, y le respondo - Merci Monsieur Pascal - .
- No veo que lleves nada blanco, verdad? - me dice, una sonrisa pícara e inquisidora se dibuja en su expresión.
- Es verdad, yo.. - no entendía muy bien a que venía su aclaración.
- Tranquila Angela, tu cuello luce una estola del color del buen vino, carmín intenso con reflejos granates, el color de los amantes... - me dice con ternura, pero con su toque de seducción siempre presente.
- Vuelvo a ser simplemente Richard, tu admirador, que disfruta de esta velada con una bella dama - agrega, mirándome profundamente.
- gracias... Richard, yo... me siento muy halagada - se entrecruzan mis pensamientos, y no puedo expresarme con fluidez, él ejerce un poder inquietante sobre mi.
- entonces yo me siento reconfortado - responde rápidamente Richard - es mi real intención halagarte -
...En ese momento se acerca uno de los marineros, vestido con un uniforme diferente, de gala tal vez, con una bandeja de plata lustrada, y dos copas de vino carmenère de chile, se lo ofrece a Richard y queda a la espera, el Conde observa su color, prueba un poco, asiente y toma ambas copas, mientras el marinero se aleja, él me da una de ellas, y las rozamos en un brindis.
- por vos Angela - me dice, mirando a mis ojos, dulcemente, pero desafiante también.
- gracias!! ... - respondo, sin quitar mi mirada de la suya
...Richard hace una breve pausa, sin dejar de mirarme, y agrega - debes estar pensando que la noche esta algo fresca para una velada a la luz de la luna, verdad? -
...No era lo que estaba pensando en ese momento, pero en verdad se me había cruzado por la cabeza, la brisa de la noche estaba muy fresca, lo miro y sonrío.
- Ves la ciudad que tenemos a nuestro lado? - me dice Richard, mientras indica las luces sobre la costa - es Punta del este, donde disfrutaremos de nuestra velada, un buen amigo me facilitó su casa, esta ubicada sobre la costa, con grandes miradores sobre el mar -
...Nunca había estado antes allí, me sorprendía lo cambiante e imprevisible que era estar con Richard, y me encantaba, tanto como él mismo.
...La pequeña luz que se acercaba hacia nosotros, en ese momento se hacía visible, era una embarcación que se detenía junto a nosotros, nos llevaría hasta la costa, para desde allí dirigirnos hasta la casa, abordamos junto a Karl, y partimos, me quedo observando al "Residence" a medida que nos alejamos, todavía me parece que estoy en un sueño.
...Ya en la costa, subimos a una camioneta que nos aguardaba, Karl conduce por la costanera hasta la casa del amigo de Richard, que se erigía sobre lo alto de una loma, un portón de doble hoja se abre a nuestro paso, y recorremos un camino que asciende por la lomada, adornado por luces a sus lados, ingresamos a la mansión, de estilo mediterráneo por fuera, pero muy clásico en su interior, con un amplio salón de estar, hogar de leños, y un antiguo candelero de cristales agiornado en el centro, sobre el hogar un emblema rematado con dos banderas colgantes a los costados, tenía algunas cosas en común con el de la fundación, pero este era diferente.
...Pasamos por una gran arcada, y llegamos al salón de invitados, tres de sus paredes eran ventalanes sobre la costa, la vista era impactante, a lo lejos se divisaban las luces del "Residence", abajo, las olas golpeando sobre las piedras, la luna brillante, inmensa, blanquísima, se agigantaba sobre el cielo frente a nosotros, me doy vuelta hacia el interior del salón, y quedo cara a cara con Richard, que se había acercado hasta mi.
- Es un sueño esto Richard, todavía no lo puedo creer... - le digo, dejando en evidencia que no tengo defensas ante él.
- vos sos el sueño Angela, y esta velada será mucho más que una cena a la luz de la luna, mucho más... - me dice Richard, mientras toma mis manos, y las besa.
...Mientras , un grupo de asistentes de la casa, dejaban sobre las mesas laterales, una bandeja con vino y dos copas, una tabla de quesos, y panes de difentes tipos, encienden los candelabros de pie en cada esquina de la sala, así como los de las mesas laterales, y los de la mesa principal, acomodan unos arreglos de flores, y se van cerrando las puertas de la arcada, Richard asiente con una suave inclinación de cabeza, y voltea hacia mi, me toma suavemente por los hombros, y me mira fijamente por unos instantes, luego toma mi mentón con sus dedos, y despacito, muy tiernamente acerca mi rostro hacia él, me besa apasionadamente, y me dice
- Bienvenida a la Maison D'Orange, mi deseo es que hoy te sientas mucho más que mi invitada, mucho más que solo una Dama... mucho más que Angela Deveraux - reconozco ya esa forma de hablar, se que otra sorpresa está por llegar.
...Richard sirve vino solo en una copa, y se acerca a mi, me la da para que beba un poco, y luego tiende su mano para tomarla él nuevamente, se acerca mucho más a mi, pegado a mi, siento el calor de su cuerpo a través de la tela de mi vestido, el contacto de su cuerpo con el mio, bebe un poco de vino, y moja sus dedos en la copa, con ellos recorre mis labios muy suavemente, pasa su manos por atrás de mi cintura, y me aferra a él, y me besa profundamente, sus manos recorren mi cuerpo, con la suficiente intensidad para que mi piel registre su paso, a la vez que van soltando el cierre de la espalda, siento como la tensión de mi vestido va desapareciendo, y va descubriendo mi piel excitada.
...Solo se aparta brevemente, lo necesario para que mi vestido caiga finalmente al brazo del sillón a mi lado, sus manos esta vez desprenden el soutien, que cae al piso dejando ver una letra "A" sobre uno de sus lados, sus labios no dejan nunca de besar los mios, su vista jamás se aparta de mi, su voz me seduce entremezclada con sus besos, sus manos son inquietas exploradoras, hasta que en un momento su mirada se clava en mis ojos, su manos toman la mia, y me lleva hacia la mesa principal, besándome a cada paso, me recuesta sobre el mantel de seda, sus besos empiezan a descubrir nuevos destinos en mi cuerpo, a la vez que sus hábiles dedos mojan en la copa de vino, y perfuman los sitios que los besos luego recorrerán, incansables, antecediendo a su lengua y sus caricias.
- sos el alimento de mis deseos más instintivos Angela, - dice Richard entre gemidos
- y no es solo mi instinto el que se rinde a ti, tambien lo es mi pasión - suspira, mientras sus manos aferran mis pechos, una y mil veces, hasta que se detienen en mi cadera, deslizando mis bragas abajo ...
...Se aleja por un instante de la mesa, y tiende su mano, para que lo acompañe, mientras su mirada azul profundo me trasmite su seducción, bajo de la mesa, mirándolo, mi entrega a su deseo es total, toma mi mano y me lleva a un cuarto contiguo a la sala, puerta por medio, el cuarto es gemelo de la sala de invitados, solo que la pared que mira a los ventanales, tiene una gran cama, de sabanas rojas, y gran cantidad de almohadones, rodeada de arreglos de rosas rojas y blancas, me deposita en la cama, suavemente, dulcemente, sutilmente....
...y el calor de su cuerpo de confunde con el del mio, sus abrazos se hacen uno, y yo soy cada vez más suya, sus movimientos son por momentos enérgicos, por momentos más lentos, su forma de poseerme alterna entre el sexo más instintivo, y hacerme el amor de la manera mas dulce, nuestros gemidos se funden en un solo grito, cuando mi espalda siente su piel, o cuando mis pechos acarician el suyo, o sus manos recorren mis piernas, soy suya, una vez, y otra vez, .... y otra y otra más....
... y vuelvo a mi, recuperando mi aliento, con mi rostro sobre su pecho, mirándolo, sintiendo los latidos de su corazón, el corazón que es mi dueño, su mano recorre mis caderas en un dulce masaje, y otra mano abre sus dedos recorriendo mi cabellera, acariciando mi cuello, mis mejillas, mis labios...
- ya no sos solo una dama, sos mi amante, del collar color carmín - me dice suavemente, al oído
- desde hoy, y mientras vos lo desees, hasta que alguna vez pronuncies tu nombre, vos serás mi Madame "A", la dulce reina salvaje de mis pasiones... - mientras lo dice, una sonrisa se dibuja en su rostro, si, definitivamente soy suya, de la forma que sea.... de la forma que él quiera.... de todas las formas... soy suya, él lo sabía, desde antes que yo lo sepa, desde siempre...
...Tan dulcemente me acerca una bata, de gasa de seda color carmín, sumamente traslucida, mi cuerpo se vislumbraba al trasluz de la tela, pero yo ya era suya, me sentía feliz, deseada, elegida, completa... y con mucho apetito!!, cuando cruzamos la puerta que separaba el cuarto rojo de la sala, nos encontramos con nuestra cena servida, lista para nosotros, esta vez me sente en sus rodillas, y disfrutamos asi nuestra velada, hasta la mañana siguiente.
...Karl nos esperaba con la camioneta lista, partimos hacia el embarcadero, y luego hacia el "Residence", que raudamente puso rumbo a San Fernando, los rayos del sol iban metiéndose por entre medio de la cortina azul, las olas estaban más impetuosas esta mañana, y le daban un movimiento de vaiven al barco, pero mi mente estaba en un solo lugar esta vez, en la mirada de Richard, lo observaba descansar, apacible, desde mi punto de apoyo, su pecho, ovillada a su lado, disfrutando el momento....
..... sintiéndome su "Madame A"......
continuará.......................
Carla Santisse.
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