Diversidad
Algo que sorprende al estudiar la evolución del BDSM es su diversidad. Aunque históricamente sus raíces surgen del movimiento sadomasoquista, cuando se desarrolla verdaderamente como aglutinador, a partir de 1992, lo hace agrupando una amplia diversidad de prácticas, aficiones e identidades sexuales, hasta el punto de que esa misma diversidad le confiere uno de sus aspectos más sobresalientes.

Actualmente, el BDSM aglutina como subcultura a individuos estrictamente heterosexuales, a homosexuales de ambos sexos y a bisexuales. A cristianos practicantes y militantes, a agnósticos y a personas relacionadas con otras religiones o misticismos. En cuanto a las prácticas, van desde la mujer que le gusta usar zapatos de tacón de aguja como elemento fetichista, constituyendo esto su única aportación no-convencional, hasta el masoquista de alto grado que vincula dolor y placer.
Todos ellos comparten una cierta estética y un elemento común: el consenso y la tolerancia adulta, bajo el lema: “Tu gusto no es el mío, pero me gusta que lo puedas practicar”.
Bondage / Shibari.
El bondage es la práctica de encordamientos o ataduras sobre el cuerpo humano, con fines estéticos o sexuales. Es un anglicismo (de to bind) que asume a su vez la tradición del shibari, palabra japonesa para el arte del encordamiento. Puede conllevar la inmovilización de la persona pasiva, o no. Asimismo, puede incluir o no la sujeción de ésta a un elemento fijo, la suspensión parcial o total, etc. Las cuerdas suelen ser de algodón o fibras artificiales, pero también pueden ser de yute, paja de arroz, esparto, mezcla, etc. También se entiende de forma extensiva como bondage las inmovilizaciones con esposas, pañuelos, cadenas, etc.
El bondage puede formar parte de una relación más amplia, o practicarse de forma exclusiva.
Disciplina / Spanking.

Dominación y sumisión
En la escena BDSM se define como relación D/s o de dominación-sumisión la integrada por una parte pasiva, que adopta el rol sumiso, y una parte activa, que hace lo propio respecto del rol dominante. En todo caso se concreta en torno a un modelo de Intercambio Erótico de Poder (EPE), basado en el consenso.
Esta práctica, al contrario que muchas otras que forman parte del BDSM, no se define con un término anglosajón, sino que se deriva del latín y así se conoce también en los países anglosajones (por su abreviatura D/s), al margen de que éstos usen frecuentemente el término EPE. Algunos estudiosos en la materia pretenden ver en ello una prueba más de las raíces mediterráneas de este tipo de relaciones y su mayor auge en países del Mediterráneo, respecto a los países anglosajones, donde son más extendidas las relaciones S/M.

Este tipo de relaciones con frecuencia asumen rituales altamente elaborados y con contenidos simbólicos complejos, que enlazan a sus practicantes de una forma mucho más intensa que en otras actividades del BDSM. A su vez, una pareja D/s no desdeña el uso de ninguna de las otras prácticas contenidas en el BDSM. Una sesión durante un ritual D/s puede ser breve e improvisada, o prolongarse durante horas, incluyendo bondage, disciplina, fetichismo, suspensiones, sexo explícito, uso del binomio placer-dolor, etc. Pero siempre como un medio más de expresión de su relación; por eso algunos la tienen como la forma más extensiva, interdependiente y sofisticada dentro del BDSM.
Determinados símbolos propios de las relaciones D/s, como el collar de sumisión y el anillo, que en su origen se usaban como instrumento de mutuo reconocimiento social (al igual que los gestos masónicos en la logia), se han extendido a lo largo y ancho de la escena BDSM, perdiendo parte de su carácter diferenciador en el interior de la propia escena y pasando a convertirse poco menos que en símbolos genéricos del BDSM. En algunos casos, incluso, han trascendido los límites de la comunidad y forman parte hoy en día de algunas de las expresiones populares de moda vanguardista.
Sadomasoquismo
El sadomasoquismo es un término genérico que define relaciones en las cuales el binomio dolor-placer tiene una gran importancia como medio de materializar relaciones de intercambio de poder. Se denomina sadismo, por otra parte, a la práctica activa que realizan las personas que sienten un placer sexual al castigar a otra.
Masoquismo sería la práctica pasiva, la de aquellas personas que experimentan un placer sexual al sufrir determinada intensidad de dolor. Las investigaciones de cierto peso científico realizadas en las dos últimas décadas, conducen a pensar que ambas tendencias coexisten en mayor o menor grado en todo ser humano.
Fetichismo
El fetichismo es el uso de símbolos o fetiches a los que se les asocia, por parte de quien lo practica, un valor especial, más allá de su uso cotidiano o de su valor intrínseco. Puede ser una figura religiosa que se lleva en el coche para protegerse de un accidente (fetichismo religioso), una prenda a la que se concede por quien la lleva el poder de traer buena suerte (fetichismo socio-cultural) o unas medias enmarcando unas piernas femeninas, que despiertan en quien las contempla una fuerte motivación erótica (fetichismo sexual).
En el marco del BDSM, los fetichismos que se relacionan son aquellos de contenido sexual, y los más comunes son los relacionados con los pies, las medias, las botas, los zapatos de tacón alto de aguja, la ropa interior, los uniformes, el vello corporal -o la ausencia del mismo-, etc. Existen por tanto dos tipos de fetichismo en el BDSM: el de la persona que gusta despertar motivaciones sexuales, por ejemplo, llevando altos tacones de aguja, y el de las personas que se sienten atraídas por la exhibición del correspondiente fetiche.
Juegos de rol
Es el tipo de práctica en la que se asumen diferentes roles sociales o de género durante una sesión BDSM. Comúnmente el juego de roles representa a través de fetiches la condición dominante y sumisa, incorporando elementos al vestuario que refuerzan la intencionalidad de control y entrega. Uno de los juegos de rol más comúnmente utilizado es el de feminización, situación en la cual la mujer dominante (Dominatriz) obliga al Dominado a vestir atuendos y maquillaje femenino.

Durante la sesión (o más bien, en este caso, durante el juego) los practicantes actúan siguiendo los modelos de comportamiento supuestos en el personaje que interpretan: si se trata de un rol cuidador-mascota, aquel utilizará el lenguaje propio de quien habla cariñosamente (o con enfado) con su mascota, mientras que quien se atribuye este último papel, imitará en parte los movimientos, comportamientos e incluso sonidos de dicha mascota. Al finalizar la sesión, la pareja recobra su relación habitual.
Muy diferente es la visión de otra parte de la comunidad BDSM respecto a los mismos elementos. En este caso, los participantes perciben igualmente que la relación tiene amplios componentes de fantasía, pero rechazan considerarlo exclusivamente como un juego escénico, sino que lo dotan de elementos profundos y de un complejo simbolismo, que trasciende el espacio-tiempo de una sesión, impregnando también otras facetas de la vida de la pareja.
Tipos de relaciones
EPE (Sesión erótica de poder)
Erotic power exchange, abreviadamente EPE o EPC para otros, significa en el seno de la comunidad BDSM "Intercambio erótico de poder", Actividades consensuadas de cesión erótica de la voluntad (o del poder). Dada la influencia cultural del ámbito anglosajón, es probable que en años venideros la definición de EPE, vaya desplazando gradualmente a la de D/s. Ambas describen la misma situación, como atestigua la E.P.E.I.C. (Erotic Power Exchange Information Center), una de las organizaciones mundiales más reconocidas dentro del BDSM, que trabaja en común con la International Maledom/femsub Guild, sociedad que ampara a los grupos BDSM con presencia en Internet:

El perfil que adopta una u otra relación dependerá enteramente de las fantasías de sus integrantes, de los pactos entre ellos, etc. En tanto sean consensuadas, informadas, sensatas, presididas por el sentido común y voluntarias, la comunidad BDSM las entenderá como D/s, o en la terminología anglosajona EPE, Erotic Power Exchange.
BDSM y sexo
La importancia del sexo (entendido como sexo directo) en las prácticas BDSM es variada. Coexisten en la comunidad dos tipos de sensibilidades hacia la cuestión. Por un lado aquellos que opinan que el BDSM es algo que trasciende lo directamente sexual y no precisa de su concurso, y por otro quienes lo consideran una parte no ya importante, sino insustituible de la vivencia BDSM. En este caso, se puede observar con claridad una controversia norte-sur: de una parte los países anglosajones, y sus áreas de influencia, más propensos a la primera concepción, y de la otra los países y zonas del sur, más afines a la segunda.
Polyarmonía
La práctica sexual actual no puede ya ser explicada por las viejas teorías y todavía no la entendemos a la luz de las nuevas. Adelantándonos a la historia, nos encontramos a nosotros mismos en un nuevo territorio.
Polyarmonía (o poliarmonía) es un concepto derivado y relacionado con el poliamor, que se define como un estado donde coexisten más de una relación íntima y simultánea, con el pleno consentimiento y conocimiento de todas las partes involucradas, enfatizando las esencias de honestidad y compromiso. Pero a diferencia de esta última, la polyarmonía pone el énfasis en el mantenimiento armónico de una relación constituida por una persona dominante, y dos o más que desarrollan el rol sumiso.
Aunque en el BDSM este tipo de relaciones no es infrecuente (especialmente en D/s y S/M), sus integrantes suelen encontrar algunas dificultades para la socialización en el seno de la comunidad. No hay estudios conocidos sobre el tema, por lo que opiniones en el sentido de que dichas dificultades responden a una visión tradicionalista de la pareja por parte del colectivo, o bien a que este reprocha a los dominantes poliarmónicos el que estos “cacen” con frecuencia en cotos ajenos, no dejan de ser meras conjeturas.
Relaciones 24/7
