Así soy, la que inquieta tu alma, la que calienta tu cuerpo, la que posee tus sueños, y la que roba tu corazón.....

lunes, mayo 21, 2012

Comics - Druuna, perversa fantasía.




Es la bella y sensual protagonista de los comics del veneciano Paolo Serpieri, donde la realidad es una compleja mezcla de imágenes placenteras, con escenarios dantezcos de dolor, sufrimiento y perversiones


El rasgo notable del estilo de Serpieri se manifiesta en el definitivo dominio de la figura humana, en especial la femenina, a la que dota de unos volúmenes de elevado calado erótico, inspiradas en la carnalidad de actrices como Ann Margrett, Raquel Welch, o la francesa Isabelle Adjani. 
En su personaje adopta una iconografía fetichista, en especial hacia la zona glútea de la protagonista, que a lo largo de la obra se representa tanto como su cara. 
Al abrir por la primera página el segundo volumen de Druuna, Morbus Gravis II, lo primero que se encuentra el lector es la figura de espaldas de la protagonista, probablemente las mejores formas dorsales femeninas jamás dibujadas en el llamado noveno arte. 



Druuna, con su belleza insólita y provocadora va destacando, cada vez más, a medida que el morbus gravis progresa por su mundo, sin afectarla.



Morbus Gravis
(Del latín morbidus, mórbido, de morbus, enfermedad).


A lo largo de los años que van desde la publicación del primer volumen de las aventuras de Druuna (Morbus Gravis, 1985) hasta el octavo y más reciente (Clone, 2003) el guión de la historia ha ido evolucionando a través de varias etapas diferenciadas y numerosos saltos temporales en la trama, con algunas inconsistencias en la misma.
En los primeros títulos de la serie (Morbus Gravis y Morbus Gravis 2), el contexto en el que se desarrolla la acción es un espacio llamado La Ciudad, descrito como un entorno urbano futurista pero degradado, hostil y decadente, en el que convive hacinada la especie humana, controlada por una oligarquía religiosa que basa su status quo en el conocimiento de La Verdad. 








En esta sociedad, los libros están prohibidos y el poder es ejercido de forma despótica por una burocracia corrupta y militarizada. Aunque no hay al principio referencias claras, a este estado de cosas se llegó tras una especie de guerra, antes de que se iniciara la actual Era de los Hombres; el desconocimiento de La Verdad por parte de la estructura político-social previa a la implantación del poder de los Sacerdotes trajo consigo El Mal, una enfermedad infecciosa por contacto e incurable, que transforma a las personas de forma progresiva y rápida en mutantes amorfos y con tentáculos, y ante la que, como medida preventiva, toda la población tiene que inyectarse periódicamente El Suero, distribuido en sobresaturados centros sanitarios habilitados a tal efecto.

Entre las creencias extendidas en la población se encuentra la de que los que tras sucesivas revisiones en estos centros sean encontrados sanos, serán enviados al Nivel Superior de La Ciudad, un lugar inaccesible para la mayoría pero en que los elegidos disfrutarán de una vida mejor, sin carencias ni penurias, de manera similar a como los infectados por El Mal son enviados al Nivel Inferior. Sobreviven en este entorno Druuna y otro personaje que aparecerá recurrentemente a lo largo de la historia, Shastar, su amante.














Puedo agregar que ella es una de mis presonajes favoritos de comics, y en cierta forma fue siempre una fuente de inspiración...


jueves, mayo 10, 2012

Comics - Eleuteri Serpieri creador de fantasías



Paolo Eleuteri Serpieri (Venecia, Italia, 29 de febrero de 1944), profesor de arte en la Universidad de Roma, además de autor de cómics es pintor y escultor, y por sus dibujos se aprecia su pasión por la arquitectura. De joven se muda a Roma, donde completa sus estudios de dibujo, siendo discípulo de Renato Guttuso. 


Serpieri entró al mundo de las historietas (cómic, en inglés)  dibujando para Lanciostory, una revista italiana. Gran admirador de las historias del Lejano Oeste, colabora con la "Histoire du Far West" de Larousse e hizo, en la revista "Skorpio", la serie "I grandi miti del West". En 1985, cambia radicalmente de género para crear Morbus Gravis, la primera historia de Druuna, una joven y sus aventuras eróticas.

Sus inicios en el cómic datan de 1978, en la popular revista Lancio West, con historias ambientadas en el Oeste americano. Inscrito en un estilo naturalista, muy documentado, ilustró para Larousse en 1980 una historia del Far West, y en ese mismo año el magnífico álbum La india blanca, donde comienza a mostrar su obsesión iconográfica y casi fetichista del dibujo de bellas mujeres, de formas tan sensuales como carnales y alejadas del concepto de belleza estilizada impuesto por las pasarelas de la moda. Las féminas a las que Serpieri da vida con su personal dibujo, son de anatomía contundente, similares al estilo de los grandes pintores barrocos, de volúmenes marcados y tan voluptuosas como angelicales. Toda esta primera obra, a la que se unen sus colaboraciones en la revista italiana Orient Express, le han valido el reconocimiento internacional como primera figura del cómic. Su consagración en el medio se debe a la historia de fantasía y ciencia ficción, editada en álbumes, protagonizada por la lasciva Druuna, en el que el tremendismo y erotismo se apoderan de un relato tan retorcido como cruel.


Algo de Drunna
En 1985, Serpieri publica Morbus Gravis, su primer trabajo donde introduce a su personaje femenino Druuna. Sus dibujos se caracterizan por su realismo y contenido explícito en términos del sexo. 
Serpieri también ha sido acreditado como diseñador en el videojuego Druuna: Morbus Gravis, basado en su personaje.


Serpieri, su creador, un artista que ha sabido develar ciertas e inconfesables fantasías y hacer fluir a mil la testosterona masculina. Se lo ha criticado como mal guionista. Puede ser, pero no importa porque el producto de su creación es sorprendentemente hermoso. Ella tiene un largo pelo negro, piel bronceada y un cuerpo que se ha tornado más voluptuoso según pasan los capítulos. La mayor parte de sus aventuras giran en torno a un futuro post-apocalíptico.


domingo, mayo 06, 2012

Música - Nina Hagen, la diosa del Punk.


Nina Hagen (nacida en Berlín Este el 11 de marzo de 1955) es una cantante alemana, famosa por su mezcla de punk y estilo de canto de opera.
Su padre murió cuando ella era tan sólo una niña. Su madre Eva-Maria Hagen popular actriz discípula de Brecht, llegó a ser –literalmente– la Marilyn Monroe de la República Democrática Alemana, contrajo matrimonio con Wolf Biermann, un cantautor. Dejó el colegio cuando cursaba el décimo año y se unió a la banda de covers Fritzens Dampferband. Su padrastro fue acusado de contrarrevolucionario en la entonces República Democrática Alemana, y luego  expulsado junto a su familia.

Nina (Catharina) Hagen se apellidaba en realidad Levi, pero sus abuelos se cambiaron el apellido para despistar a los nazis (aunque el intento fracasó y murieron en un campo de concentración). 

La canción “Te olvidaste el rollo de fotos” (1972) de su grupo Automobil supo convertirse, pese a su título y aun a su melodía, en un éxito arrollador. También había juntado lo que se llama experiencia de vida: con 12 años, había sido expulsada de la organización de jóvenes de la RDA, había abandonado la escuela y había participado de “drug-sex-beat-bear-partys”; con 17 había rebotado en la escuela de actores y se había fugado a Polonia, donde fundó su primera banda y hacía covers de Tina Turner y Janis Joplin; con 20 se había encontrado durante un trip de LSD a Dios (cuya lengua materna, nos cuenta Nina, es el alemán). Para la descontrolada joven, la Alemania comunista era como “un gran teatro”, donde se festejaba “la fiesta del amor y del verdadero arte”.

Ya en Alemania Occidental, Nina obtuvo un contrato con la CBS. Lo primero que hizo fue viajar a Londres, donde frecuentó a la banda femenina The Slits. A su vuelta formó la Nina Hagen Band, que editó su primer disco en 1978. Homónimo de la banda, el disco contenía entre otras la canción “TV Glotzer”, un alegato en contra de la caja boba (“Miro televisión/estoy tan muerta/ ¿fue esto mi vida?”). 





Bastó ese disco inaugural para que la crítica la declarara heredera de los SexPistols. Después de Unbehagen, segundo y último vinilo de la banda, viajó a Amsterdam, donde conoció al que sería el padre de su bella hija Cosma Shiva (por casualidad: “Durante todo el embarazo no sabía si iba a tener una hija blanca o negra”); con él filmó Cha-Cha (1979), donde se la puede apreciar con una M-16 asaltando un banco.









Nina se mudó a Estados Unidos y allí sacó Nunsexmonrock (1982) y un año después Fearless (1983), que contenía su tema más famoso, “New York”. Su voz, o más bien las notables modulaciones que lograba darle, ya eran marca registrada, lo mismo que sus cambiantes looks. Antes que todas, supo ser hinduista, agitadora política (fundó el Partido Armonioso-Radical de Alemania, cuya única consigna era “Nina for President”), especialista en ovnis , defensora de los derechos de los animales, madre abnegada y activa feminista: en 1979, durante un talk-show en un programa de la televisión austríaca, mostró cómo debía masajearse una mujer el clítoris para llegar al orgasmo. 

Nina Hagen en éxtasis se llamó (adecuadamente) el disco que Nina dio a luz en inglés y alemán en 1985, su mejor año. “No tomo alcohol ni estimulantes antes de subir al escenario, tampoco fumo porro –aclara–. Sobre el escenario yo soy yo, yo misma, pura energía extática. ¡Yo misma soy éxtasis!”
La publicación en 1988 de su autobiografía Yo soy de Berlín: mi vida física y trascendental, un libro algo desordenado, punk por así decirlo, donde sin solución de continuidad, nos cuenta desde su primera vez con una mujer hasta lo que le acaba de pasar unos momentos atrás cuando salió a la calle, pasando por sus encuentros con Dios, su romance con el cantante de “Red Hot Chili Papers” (sic), sus sueños, pequeñas historias bíblicas, proclamas políticas, etc... También en eso fue una visionaria: su libro se adelanta en más de una década al blog.
Nina Hagen, la mujer del rostro fuertemente maquillado, las pelucas coloridas y la cruz en el pecho.



Nina Hagen